Saber qué tipo de suelo está presente en nuestro jardín es un aspecto muy importante a la hora de sembrar. Con esta información no solo conoceremos cuáles son las plantas adecuadas para cultivar en nuestro jardín, sino también cuáles son los cuidados correctos dependiendo de las características específicas de dicho suelo.
Antes de proceder a la acción, primero nos vendría bien echar un vistazo a los diferentes tipos de suelo que existen.

Tipos de suelo
Los suelos se distinguen principalmente por sus características en cuanto a textura, color, o porosidad (características físicas), pero también por aspectos como el pH (característica química) y la materia orgánica presente (características biológicas). Teniendo esto en cuenta podemos decir que, de forma simplificada, hay 3 tipos de suelos predominantes: arcillosos, humíferos y arenosos.
- Suelos arenosos: son aquellos que, naturalmente, tienen altos contenidos de arena. No se recomiendan para cultivar.
- Suelos arcillosos: tienen altos contenidos de arcilla, suelen ser recomendados para el cultivo ya que retienen agua con facilidad, sin embargo, se requiere la presencia de algún tipo de abono o fertilizante.
- Suelos humíferos: al contener humus, es decir, materia orgánica, son altamente fértiles y húmedos, por lo que se recomiendan para sembrar. Suelen ser de color marrón intenso o negro.
Recuerda también que puedes tener un suelo humífero con un porcentaje considerable de arcilla, o un suelo arcilloso con cierta cantidad de arena.
Ahora que conoces los tipos de suelos que existen, podemos darnos a la tarea de comprobar cuál de estos es el que está presente en tu jardín. Para ello, existen una serie de métodos sencillos que puedes realizar desde la comodidad de tu hogar.
Métodos para comprobar cuál es el tipo de suelo de tu jardín
Los que se muestran a continuación son experimentos sencillos llevados a cabo por Personal Garden Shopper. En su mayoría, requieren que las muestras utilizadas se tomen a una profundidad moderada, es decir, la muestra de suelo debería ser recolectada a unos 20 cm de profundidad aproximadamente.

El churro
Para este experimento, debes tomar una pequeña cantidad de muestra de suelo y agregarle un poquito de agua. Enróllalo como si se tratara de plastilina y trata de formar un círculo. Si logras formar el círculo, lo más seguro es que estás en presencia de un suelo humífero; si puedes formar el círculo, pero las esquinas se desmoronan un poco, entonces el suelo tiene un contenido moderado de arcilla; si no puedes formar el círculo, lo más seguro es que estés en presencia de un suelo arenoso.
El envase con agua
Toma 5cm de muestra y colócalo en un envase, el resto lo llenarás con agua. Remuévelo y espera una hora. Cuando los sedimentos se hayan asentado encontrarás en el fondo este orden de abajo hacia arriba: capa de arena, capa de limo (mezcla de arena, arcilla y lodo) y capa de arcilla. Sólo debes ver cuáles son las proporciones de cada sedimento para conocer cuál predomina.
La bola
Toma un poco de sedimento, colócale un poco de agua y haz una bola. Lánzala y atrápala nuevamente en tu mano. Si mantiene su forma, nos encontramos en presencia de un suelo humífero o arcilloso; si se desmorona, nos encontramos frente a un suelo arenoso.
Agua oxigenada
Toma un poco de muestra y procede a regarla con agua oxigenada. Si ves que ésta reacciona liberando burbujas, estamos en presencia de microorganismos, lo más probable es que se trate de un suelo humífero.
Ahí lo tienes, maneras simples y divertidas para conocer cuál es el tipo de suelo predominante en tu jardín.